La pandemia ha hecho aprender una lección muy importante sobre el riesgo de la deslocalización, como aseguró José Mari Martínez, Presidente de UCAN, en una Asamblea de UCAN “atípica” celebrada en Pamplona y en la que como medida de responsabilidad y seguridad se redujo el aforo a algo más de cuarenta personas.
Un encuentro en el que se abordaron cuestiones como la necesidad de equilibrar la cadena agroalimentaria, el reconocimiento de la imprescindible contribución de las cooperativas al territorio y una mayor exigencia a países terceros para que cumplan las garantías de producción europeas.
“Estamos a tiempo de no destruir nuestro sector agroalimentario que, además, en Navarra es el segundo en importancia en empleo, en exportación y, en definitiva, en generación de riqueza”, como aseguró José Mari Martínez, quien realizó un reconocimiento muy especial a las cooperativas agroalimentarias y a todas personas que forman parte de las mismas por su esfuerzo y entrega durante el estado de alarma. “Habéis trabajado en plena pandemia para garantizar alimentos sanos y asequibles a la ciudadanía”, explicó. “¿Qué hubiese pasado si aquí no hubiésemos tenido alimentos y hubiésemos tenido que importarlos? ¿De dónde?”.
Sin embargo, pese a esta constatación, recordó que un mes antes de que se declarase el estado de alarma el sector agrario estaba manifestándose para defender unos precios dignos en origen y que “a día de hoy, nada ha cambiado. La cadena alimentaria sigue desequilibrada y no parece que se den pasos para equilibrarla”.
Si en la “nueva realidad” no se mejoran los precios y el campo no resulta rentable, planteó su preocupación de cómo animar a las personas jóvenes a que se queden en el medio rural. “Como ciudadanos, nos gustaría volver a la normalidad; pero como agricultores y ganaderos no queremos volver a una normalidad que no reconoce nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, que no da el valor que tienen nuestros productos”, añadió.
Martínez ha recordado que la Unión Europea está desarrollando el Pacto Verde, que incluye la Estrategia de la Granja a la Mesa, y que prevé reducir un 50% los fitosanitarios, un 20% los fertilizantes y alcanzar un 25% de producción ecológica. Por eso abogó que para poder aplicar estos los criterios medioambientales y luchar contra el cambio de climático es necesario potenciar y defender la producción local frente a los productos de terceros países que no siguen la normativa europea y que, por lo tanto, son mucho más baratos de producir.
Es necesario, añadió, que las autoridades europeas aseguren que lo que se consume en Europa cumpla completamente con esas garantías. “Y eso significa que lo que llega de Marruecos, de Brasil o de China, debe cumplirlo igual que nosotros y, si no, no debe pasar las fronteras, porque se estará engañando al consumidor y arruinando a todo un sector que en tiempos de pandemia se ha reconocido como esencial y estratégico”.
El presidente de UCAN ha reivindicado que la Administración les incentive y les acompañe en esta transformación, en vez de centrarse en la penalización. “Si tomamos medidas que hagan que la agricultura y ganadería sean menos rentables y deja de producirse en Europa, esos alimentos se producirán en terceros países, que generan proporcionalmente muchos más gases de efecto invernadero. Con lo cual, estaremos empeorando la situación del planeta. Menuda paradoja más preocupante para la sostenibilidad medioambiental, social y económica“.