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José Mari Martínez, presidente de UCAN  “En 2020 el sector cooperativo agroalimentario ha demostrado mucha responsabilidad, respondiendo a la sociedad”

El año que ha concluido será difícil de olvidar, con una pandemia cuyas terribles consecuencias en términos humanos y económicos todavía siguen entre nosotros. Como explica José Mari Martínez, presidente de UCAN, para el cooperativismo agroalimentario ha supuesto “demostrar, una vez más, que es un sector esencial” comprometido con la innovación, el medioambiente y la sociedad, incluso en los momentos más complicados.

 ¿Cómo definiría un año tan complejo como ha sido el 2020 para el sector cooperativo agroalimentario? 

Incertidumbre en el amplio sentido de la palabra. Al principio nos cogió por sorpresa, con informaciones contradictorias y momentos muy duros, incluso no sabíamos si íbamos a poder entrar en el campo a coger las cosechas… pero creo que el sector ha demostrado mucha responsabilidad, tomando las medidas necesarias y respondiendo a la sociedad.

Precisamente la producción agraria y ganadera ha demostrado ser esencial en tiempos de pandemia, ¿qué lecciones deberían extraerse de la experiencia de cara a valorar más el trabajo del sector? 

Darnos cuenta de que no se puede depender únicamente de terceros para abastecer a nuestras poblaciones de bienes de primera necesidad. Lo vimos, por ejemplo, en la dificultad de conseguir mascarillas, desde las cooperativas tuvimos que hacer reparto de las mismas. Comemos todos los días y por lo que no hay nada tan esencial como la producción de alimentos. En ningún momento ha habido desabastecimiento. Como sector me parece edificante.

Entonces el hecho de que Navarra sea un comunidad puntera en producción agroalimentaria de calidad ofrece seguridad a la población….

Exactamente. Hay que poner en valor la importancia del sector agroalimentario en Navarra.  No solo somos capaces de gestionar y garantizar la cobertura de nuestras necesidades con productos seguros y de elevada calidad, sino que también somos grandes productores para los demás.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las cooperativas agroalimentarias navarras en 2021? 

El reto principal que nos tiene que motivar como cooperativas es encontrar un buen relevo generacional, con la incorporación de jóvenes, hombres y mujeres, para fijar población en los pueblos y evitar que se vacíen. Tenemos que ser capaces de ilusionarles, pero hay que darles opciones de que puedan vivir dignamente de la agricultura.

El Pacto Verde Europeo incluye la iniciativa de la Granja a la Mesa, ¿qué transformaciones supone para el sector agroalimentario? 

Totalmente a favor de un sistema agroalimentario cada vez más sostenible y saludable, pero pidiendo a Europa que exija también a las importaciones de países de fuera de la UE que cumplan los mismos criterios en cuestiones medioambientales, energéticas, de seguridad y condiciones de trabajo para que podamos competir en igualdad de condiciones. Estamos haciendo ya un gran esfuerzo, somos pioneros en muchas cuestiones y no me gustaría que nos quedáramos fuera de juego.

¿Puede ser necesaria además una labor pedagógica, de educar al consumidor sobre la cadena de valor?

Eso tendría que ser hasta asignatura, que chicos y chicas en el colegio aprendieran la estacionalidad de los cultivos, cuando hay que comer cada alimento y apreciar de donde viene y en que condiciones se produce. Saber que si quieres un producto de verano en invierno este ha tenido que viajar miles de kilómetros con el coste medioambiental que tiene. Ser consumidores educados y conscientes.

 

En esta línea, ¿qué tipo de apoyos son necesarios para que el sector siga siendo competitivo, continúe innovando y optimizando su gestión medioambiental? 

Competitividad, innovación y gestión medioambiental son muy positivas y necesarias para la longevidad del sector, pero debemos contar con una normativa que nos proteja de la presión de países mucho menos exigentes. Cómo podemos competir, por ejemplo, con tomates que llegan, los cito por cercanía, vía Marruecos, Argelia o Túnez.

Otro punto fundamental, es la atracción del talento al sector y la incorporación de jóvenes y mujeres al mismo, ¿qué acciones cree que hacen falta para avanzar en este ámbito? 

Voy a decir una palabra que sale en todos los campus de jóvenes cooperativistas que se han celebrado, aunque suene prosaica. Es necesario que sea rentable. A partir de ahí seguir formando a nuestros agricultores, creando grupos, compartiendo experiencias y conocimientos. Pero hay que mejorar la cadena de valor y que haya un precio digno para los productos. Tienen que ver que se puede vivir de este trabajo, porque alguien que empieza necesita mucha inversión, además de dedicación.

Las cooperativas agroalimentarias de Navarra, y UCAN como su representantes, están siendo pioneras en su contribución al cumplimiento de los ODS ¿Cómo animaría al sector a seguir trabajando por un desarrollo más sostenible? 

Haciendo ver a nuestro sector que sin darnos cuenta ya estábamos contribuyendo, de forma natural en nuestro día a día, a muchos objetivos de desarrollo sostenible. Es importante sentirnos orgullosos de hacerlo y saber que es un camino por el que podemos ir mucho más lejos.  De esta forma ponemos en valor que estamos protegiendo la naturaleza, lo que nos hace ser también más eficientes en los cultivos y buscar nuevas soluciones. Pero sobre todo ver que con los ODS podemos ser más sostenibles en el tiempo.